Los únicos programas de tratamiento de imágenes que existían años atrás solamente eran aptos para profesionales, pero el inmenso abanico de herramientas utilizables en la actualidad garantiza que cualquier persona sea capaz de modificar imágenes y fotos libremente, además de incrementar la calidad de las mismas siguiendo un proceso de optimización.

Antes de enfrascarte en la edición de imágenes puedes reproducirlas con cualquiera de los visualizadores existentes. Algunos de ellos integran funciones propias de editores de imágenes, aunque para obtener resultados realmente buenos es aconsejable optar por herramientas destinadas exclusivamente a la modificación de imágenes, puesto que las de los visualizadores suelen ser bastante básicas. Ciertos editores admiten plug-ins, tales como pinceles y efectos. Algunos de los añadidos se centran en aplicar una optimización a la fotografía tratada con tal de que su calidad aumente.

Si tus conocimientos de tratamiento de imagen son lo suficientemente altos puedes dar el siguiente paso y modelar conjuntos en tres dimensiones, así como tratar con diseños CAD e incluso con animaciones que reproduzcan varios fotogramas creados por ti. Los resultados obtenidos pueden ser compartidos subiéndolos directamente a redes sociales y a otros servicios mediante las utilidades habilitadas para tal fin, las cuales también admiten imágenes cuyos formatos hayan sido convertidos y capturas de pantalla realizadas tanto con la clásica función Impr Pant como con una herramienta que te permita tomarlas escogiendo la zona a inmortalizar y definiendo otras opciones relevantes.

La gran mayoría del software de imagen es utilizable por personas con un nivel básico de informática y de diseño en general, aunque si los conocimientos son más elevados los resultados acostumbran a ser considerablemente mejores en lo que a calidad se refiere sobretodo si se hace uso de una tableta digitalizadora.