Aunque años atrás fueron lanzados videojuegos de altísima calidad pocos son los jugadores que a día de hoy optan por disfrutar de ellos debido a que están bastante desfasados en aspectos técnicos. Los remakes de juegos consiguen que los gráficos sean similares a los que lucen los títulos actuales para que la diferencia no sea tan palpable y no exista ninguna barrera para jugar a títulos publicados hace décadas.
Las adaptaciones de videojuegos no siempre se centran en aplicar una mejora gráfica. De hecho, algunas de ellas optan por mantener al cien por cien el apartado visual de los títulos que reversionan realizando otros cambios que no tienen nada que ver, tales como adaptarlos para que puedan ser jugados en otras plataformas e incluso introducir nuevas fases y diversos elementos que originariamente no se encontraban presentes. El aliciente de contar con nuevo contenido es el que más llama la atención de los gamers.
Por otra parte, el hecho de modificar juegos antiguos puede hacer que se pierda la esencia de los mismos, lo cual ha ocurrido con ciertos remakes que se alejan enormemente de los títulos reversionados. Es el caso de los crossovers y de los traslados de géneros que tan comunes son, aunque algunos llegan a superar a los juegos retro de los que parten.
Generalmente los remakes respetan los aspectos que hicieron grandes a los videojuegos adaptados, por lo que es una estupenda elección para volver a disfrutar de aquellos títulos que tanto te gustaron o que en su momento no pudiste probar por haber nacido años más tarde.